Cada cual tiene el derecho de hacer con su vida lo que quiere: activista LGBT+

Argelia Fellove Hernández, co-facilitadora del Grupo Oremi, que en lengua lucumí significa “Amigas”, nos cuenta como aprendió a afrontar la vida de otra manera. 
 

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Argelia Fellove Hernández, co-facilitadora del Grupo Oremi, que en lengua lucumí significa “Amigas”, nos cuenta como aprendió a afrontar la vida de otra manera. Reconoce que estaba dentro de un "closet". “Empecé como lesbiana a los 29 años”, nos cuenta, “yo misma no me atrevía a salir porque la sociedad no lo permitía”.

El grupo Oremi, un grupo terapéutico con más de 14 años de fundado, la ayudó a aprender muchas cosas sobre su identidad y a romper el silencio que tenía.

“Cada cual tiene el derecho de hacer con su vida lo que quiere”, dice, “en el momento que quiera y donde quiera”.

Dentro del grupo se ha formado un círculo de transformistas. Ella cuenta que su nombre artístico es Alberto “por mi voz, porque a veces hacía bonches masculinos”.

Explica que para ella el transformismo no es diversión, sino crecimiento personal. “Es para mí”, enfatiza, “marcar que yo, como mujer, puedo “prestarle” mi cuerpo a un hombre que se llama Alberto, para que “aproveche y actúe”.

Argelia aconseja que en las escuelas se estudien desde muy temprano los temas de la sexualidad humana. Y que se capacite a los funcionarios, a los maestros y a la policía.

También es partidaria de la unión consensual y del matrimonio igualitario, o  “una ley que respalde nuestro status como pareja”.

Denuncia que hay homofobia también en la religión, y confiesa tuvo “doble discriminación”, pues ha sido discriminada en dos de ellas por ser lesbiana: “fui evangélica y ahora soy yoruba”.

 

 

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